¿Qué cabía esperar de un viaje largo de cuatro horas en autobús? Básicamente, que la batería del móvil, y por consiguiente del reproductor de música, no se agotara antes de llegar.
Así lo veía Fuensanta, Santa para los amigos, o sus ligues, o sus enemigos, o su familia... Era Santa para todos, aunque estuviera lejos de serlo en un sentido religioso.
Iba de camino a su nueva casa, sin saber muy bien qué esperar porque no conocía a sus compañeros de piso. Sabía que una de ellas se llamaba Edelmira y, la vez que habló con ella por Facebook y la agregó a todas las redes sociales en las que coincidían, tuvo un buen presentimiento, tenía la convicción de que iban a ser buenas amigas.
En ese preciso instante, faltaban cuarenta minutos y veintinueve segundos para llegar. Santa miraba la pantalla de su móvil a través de sus gafas de sol. Con su mano izquierda, buscaba una canción que escuchar tras haberse acabado el último disco de Björk, y con su mano derecha jugueteaba con los auriculares, haciéndolos girar. Mientras tanto, mascaba chicle, y lo hacía de la manera más macarra que podía existir.
Lo cierto es que su aspecto, si no macarra, era de lo más llamativo. Vestía con una camiseta fucsia y una chaqueta de cuero negra a juego con su falda. Su pintalabios carmín coincidía con sus cinco pulseras, su esmalte de uñas y sus zapatos, un tacón de aguja que nadie entendió muy bien en el autobús. Por si esto no fuera suficiente, lo que resaltaba aún más de su imagen era el color blanquecino de su pelo, que le llegaba hasta los hombros.
Un hombre, sentado en los asientos de la izquierda, la miraba insistentemente y de la forma más lasciva que podía. Santa, que era arrogante, borde, osada y directa, le devolvió la mirada y la mantuvo desafiante. Deslizó su móvil entre las piernas y, con la mano libre, se quitó las gafas de sol. Aguantó hierática, desafiando a un salido no muy dispuesto a apartar sus ojos de Santa. Masticó el chicle violentamente, lo escupió en su dirección y le espetó con un tono de voz firme:
-Mírame bien, porque no me vas a poner un dedo encima en la vida.
Soltó una carcajada estridente y volvió a coger el móvil, buscando nuevamente algo que escuchar. Se decidió, por fin, por It's Blitz de los Yeah Yeah Yeahs. No sabía exactamente lo que le depararía la vida después de los treinta y nueve minutos y treinta segundos restantes de viaje, pero en ese momento estaba disfrutando... "Como una cerda".
Santa es una referencia a Santa, uno de los alter ego de Tori Amos en American Doll Posse. De hecho, físicamente es una "adaptación" a ese personaje. Es uno de los personajes que debería aparecer en "Los Capacitados", viviendo junto a Edelmira. Si algún día llega a ser realidad la historia, así es como será.